BOTELLÓDROMOS
No sé si a usted le pasará lo mismo, pero cada vez que se nos restriega el asunto de los botellódromos, ya sea en forma de ley, de comentario o de noticia, se me viene al imaginario aquellos lazaretos creados por los cruzados y que describe la Historia, donde bajo la advocación de San Lorenzo se recluía a los leprosos dejándolos prácticamente a su suerte –la física, pues de su integridad espiritual al menos se encargaba la misericordia cristiana-. Era una época en la que la lepra no tenía solución, y ya se sabe… cuando en la sociedad algo no tiene componenda se le aparta, se le excluye y se le da patente de corso para que se pudra, eso sí, sin molestar a nadie. Pues bien, aunque a alguien le pueda parecer esta comparación una hipérbole excesiva esa es la sensación que uno tiene cada vez que ve alguno de estos corrales, llenos de personas en la flor de su vida trincando bastantes a tal velocidad que el alcohol deja de exornar nuestra cultura para pasar a destruirla. Y es que por más vueltas que le demos y por más guirnaldas que le colguemos el cóctel jóvenes y alcohol – y no lo digo yo-, lo dicen las estadísticas, termina en demasiadas ocasiones en una mezcla explosiva: muerte y discapacidad por accidentes de tráfico; homicidios y suicidios; desvirtuación de las relaciones sexuales; delitos violentos: violaciones, agresiones y robos; fracaso escolar; drogadicción; ¿sigo? Está claro que son demasiados problemas para tan pocas y tristes –como en el caso de los botellódromos- soluciones. Esperemos que el proyecto que el Ministerio de Sanidad y la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) van a poner en marcha en breve para a través de la prensa alertar y prevenir contra los riesgos del consumo de alcohol entre jóvenes y niños, contribuya a situar la única pica en Flandes posible contra esta lacra -institucionalizada en lazaretos- : la educación de todos… jóvenes y adultos.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 21 de febrero de 2007
MÓVILES SOLIDARIOS
La mayoría de los que hemos puesto un móvil de última generación en las manos de un niño, seguramente no habremos podido evitar sentir en el ánimo una especie de acíbar vital, no tanto por el posible dolor de tripas que nos puede provocar la factura de su consumo telefónico, sino por la cantidad de aristas cortantes que tiene el aparatito si por mano del demonio se le acaba dando mal uso: desde adicciones psicológicas a los SMS, hasta grabación de videos de agresiones, pasando por acoso escolar. Por supuesto, en los colegios los móviles están prohibidos, y desde la comunidad educativa se viene promoviendo su uso responsable entre los alumnos, pero está claro que ante la evidencia que nos muestran, día a día, los medios de comunicación las medidas no son suficientes. Es obvio que con un ingenio tecnológico tan versátil como es un móvil, aderezado por una mala educación de la inventiva infantil, el resultado puede ser explosivo. Tal vez por eso, y con gran acierto, la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), ha creado recientemente una iniciativa que pretende utilizar en positivo precisamente el arma más poderosa de un niño y/o adolescente: su creatividad. El proyecto, denominado Yourvid.eu, no es otra cosa que un concurso de fotos y videos grabados en móvil con el objeto de demostrar y promover las posibilidades de la telefonía portátil como medio de divulgación de valores solidarios. Para implicar de lleno a la generalidad pedagógica han de ser los centros escolares lo que se inscriban al certamen que como colofón tendrá la creación de un código ético que facilite la formación para el uso de los teléfonos móviles entre los escolares. Así es que ya sabe… aquel móvil que regaló sin prospecto moral, ya lo tiene: “Para utilizar solidariamente”. Dígaselo a quien se lo obsequió.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 7 de febrero de 2007
MOVIMIENTO "SLOW"
Estoy convencido de que a la velocidad a la que vivimos no solo no tendrá usted apenas tiempo para leer esta columna, sino que ni siquiera se habrá parado a pensar alguna vez en aquel famoso adagio italiano que dice chi va piano va sano e va lontano; chi va forte va a la morte , esto es, quien va despacio va lejos; y quien va rápido va hacia la muerte. Espero que aunque solo sea por esta vez, haga un hueco para una cosa y la otra, ya que ese vértigo vital con el que consumimos el tiempo no solo nos está matando desde un punto de vista físico y psíquico --ahí está la vorágine de estudios sobre el estrés--, sino que se está cargando nuestros valores fundamentales como es, por ejemplo, el de la familia, pues ya me dirá usted si ni siquiera tenemos tiempo para rascarnos, cómo vamos a pararnos, verbigracia, a leerles un cuento a nuestros hijos antes de dormir.
Precisamente por no tener ni un instante para poder arrullar el sueño de sus deudos con una lectura es por lo que el periodista canadiense Carl Honoré escribió hace pocos años el libro El elogio de la lentitud . En él, el escritor, además de diagnosticarnos como "enfermos de la velocidad", nos introduce en un concepto interesante para el análisis y la reflexión: "el síndrome de la felicidad aplazada", que no es otra cosa que la angustia que vamos acumulando por tener que postergar esos momentos gratificantes que tanto necesitamos para ser básicamente personas.
El caso es que Honoré ha puesto hasta tal punto el dedo en la llaga que su texto se ha convertido en un best seller y él en el líder del movimiento slow , que como oenegé internacional propone prácticamente aquello de no por mucho madrugar, amanece más temprano. Tal vez por tanto querer correr vivamos solo de noche, y nos estemos perdiendo lo que realmente merece la pena en la vida: el alba de nuestros afectos.
Publicado en Diario CÓRDOBA el día 31 de enero de 2007
UNA DE ESPÍAS
En el mundo de los espías cabe todo. Esto es, que si de lo que realmente se trata es de conseguir información secreta que, verbigracia, compromete la estabilidad, la seguridad o la integridad de una potencia, no se escatimarán medios ni técnicos ni humanos para adelantarse y defenestrar los propósitos enemigos. Una buena muestra del elenco de procedimientos, artilugios y protagonistas espías se coligaba en el 2002, con cierto nimbo romántico mezclado de cientifísmo fetichista, con el estreno del Museo Internacional del Espionaje, en Washington. Allí están desde la famosa máquina decodificadora alemana de la Segunda Guerra Mundial, Enigma, llevada al celuloide por el director de Gorilas en la Niebla, Michael Apted, hasta un zapato de los años 60 al que los sabuesos de la KGB soviética habían incrustado un mecanismo de escucha en el talón al mejor estilo del zapatón que usaba el Super Agente 86, Maxwell Smart, pasando por una pistola-lápiz producida en 1960 por la KGB con todo el glamour de una chica Bond. No obstante, hay algo que aún no está, pero que promete estarlo con todas las ínfulas del espionaje, y que se ofrece en bandeja de entrada de la mano de las Nuevas Tecnologías (NT) y con copyright británico; se trata de un servicio de imeil oficial al que los ciudadanos del Reino Unido pueden acceder para colaborar en acciones de espionaje contra el islamismo beligerante. Les aseguro que si esta noticia no tuviera dos de los ingredientes fundamentales para la lucha contra el crimen organizado, como son la colaboración ciudadana y la eficacia comunicacional de las NT, no la habría traído a esta columna, sobre todo teniendo en cuenta que el terrorismo también se cierne sobre los españoles. Y es que más vale ver la historia de una nación en un museo del espionaje, que no en uno de los horrores. Habrá que tomar nota.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 17 de enero de 2007
MASCOTAS ILEGALES
Recientemente un telediario nos servía crudo un reportaje en el que con cámara oculta se nos mostraba el cruel periplo de un grupo de animales venidos del este de Europa para nutrir los expositores de las tiendas de mascotas. La mayoría eran perritos de pocos días que hacinados en jaulas como carne al vacío soportaban los tres días de viaje que se emplean en cubrir el recorrido España-Hungría. Por supuesto, y según comentaba a cámara sin rostro uno de los implicados en esta felonía animal, el trayecto se realizaba sin ningún tipo de paradas para no levantar sospechas de la ilegalidad del porte. No hace falta tener mucha imaginación para percatarse de que muchos de los animalitos que viajaban en aquella furgoneta de la muerte llegaban no sólo extenuados sino incluso muertos. Aún así el negocio está garantizado, ya que exonerados de los gastos aduaneros y veterinarios desde el origen al destino los vivos dejan pingües beneficios. Aquellos que no estén familiarizados con los animales irracionales puede que al enfrentarse con esta realidad de maltrato se queden tan panchos pensando que el mundo de los sentimientos es un estadio exclusivo de la raza humana, y que por ende estas criaturas tienen entumecida de irracionalidad su conciencia afectiva, pero los que felizmente acompañamos nuestros días con una mascota hemos aprendido a fuerza de cariño regalado que, por ejemplo, entre un perro y un hombre el amor recíproco es tan diáfano que no requiere palabras; aunque los que sí requieren unas palabras de ánimo son los responsables del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) que en aquella crónica periodística reconocían sin sonrojo saber por dónde entran estos hampones a la península, pero no su destino. Está claro que estos periodistas lo han averiguado. Por qué no ellos.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 10 de enero de 2007
PERIODISMO (¿CIUDADANO?)
La democratización de la información que ha instaurado Internet ha conseguido un verdadero milagro sobre todo en los países democráticos. En el caso del nuestro, se ha concretado poniendo al constitucional e inalienable derecho a la libertad de expresión al alcance de la mano, o mejor dicho, del teclado del ciudadano. Los habituales del ciberespacio bien lo sabemos. Ahora, gracias a los blogs o bitácoras personales, cualquiera que desee cibercomunicar, verbigracia, elucubraciones, y mientras respete el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, y proteja a la juventud y a la infancia –tal como reseña nuestra Constitución-, puede sentir la adrenalina que produce la retroalimentación comunicativa o feed-back a escala planetaria. Para los que ejercemos de bloggers la experiencia es palmaria: al momento de haber colgado nuestro post o publicación en la weblog, un universo de interactividad comienza a dar señales de que siempre hay alguien al otro lado: comentarios; sindicaciones; hipervínculos… El periodista estadounidense Dan Guilmor, quien acuño el término “periodismo ciudadano”, define a esta nueva estrategia comunicacional con la metáfora de una “conversación colectiva”. Sin embargo, y con perdón del señor Guilmor, el periodismo, que no es otra cosa- a mi modesto entender- que hacer de la realidad noticia y de esta razón colectiva, es algo muy distinto a abrirse un blog y con el mucho o poco caletre que a uno le haya dado Dios, escribir lo que mejor le parezca. Esto será testimonio, comunicación, información… lo que ustedes quieran seguido del apelativo ciudadano/a, pero no por narices periodismo. Si no prueben ahora en vacaciones a abrirse un blog y experimenten como eso del ejercicio periodístico se queda corto ante la vasta versatilidad de la ciberexpresión ciudadana.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 16 de agosto de 2006
MALTRATO INFANTIL
Piensen en la flor más bella que puedan imaginar. Ahora… concéntrense y traten de acariciar con su retina todos sus colores y esbeltez; regodéense en el paisaje que la circunda y en la brisa que la hace contonearse pizpireta; olfateen todos los matices de su perfume, y profesen su tacto sutil y delicado, casi etéreo. Pronto comenzarán a presentir que en ella se concentra el universo que ha sido necesario para que, frágil y derrochando bonhomía, pueda campear en toda su metafísica. Tal vez el Creador haya querido que así sea para que contemplando la ingenuidad de una sola flor podamos concebir el insondable milagro de su obra. Seguro que a muchos de los que les acabo de proponer este ejercicio interactivo de imaginación les habrá pasado lo mismo que a mí: que la flor que se ha asomado en lontananza habrá sido aquella de nuestra infancia que permanece hecha lienzo en nuestras memoria y que acude cada vez que la soñamos para hacernos sentir partes de ese infinito inescrutable e infantil al cual todos pertenecemos, pero del que demasiados están desterrados. Me refiero a esos casi tres centenares de millones de niños y niñas que según un reciente informe -servido crudo sobre nuestras conciencias- de UNICEF y The Body Shop Internacional, sufren algún tipo de violencia o abuso doméstico de consecuencias no sólo devastadoras sino duraderas. Ellos, han venido a ser flores sin universo… dejando a un universo sin demasiadas flores. Ellos, ni siquiera pueden soñar con la sombra de la flor con la que nosotros soñamos; en su lugar se pudre el amor familiar tras los muros impunes de su propia fama, hecha, a veces, cómodas anteojeras de nuestras conciencias. Nadie excepto Dios puede crear una flor, pero que fácil es agostarla; aunque nunca antes de ser creada, ni imaginada. Nosotros podemos imaginarla. Imaginémosla al menos… también para ellos.
Publicado en Diario CÓRDOBA el 9 de agosto de 2006