ENCUENTRO DE FAMILIAS
Benedicto XVI estuvo en Valencia en el V Encuentro Mundial de las Familias, al igual que un servidor de ustedes y una vasta grey de personas dispuestas, como las piezas de un colosal mecano, a ser ensambladas en forma de una monumental torre donde en su cúspide flameó con dignidad la bandera de la familia. Supongo que si alguien pensaba que sólo un grupo ralo de exaltados o mojigatos meapilas se iban a dejar caer por las calles y plazas valencianas con gesto rancio y voluntad melindrosa, para sólo gritar consignas a favor del Pontífice, se equivocaba. En su lugar, riadas de familias convertían a la brisa mediterránea en un huracán de esperanza y alegría. Fue precisamente este derroche de generosidad el que podría inducir a preguntarse dónde está la crisis de la familia. Tal vez la respuesta esté en las políticas de familia que se implementan en España y que según un reciente estudio nos ponen por debajo de la media de la UE en cuanto- por ejemplo- a recursos: nuestros vecinos comunitarios destinan de media a esta institución esencial el 2,5% de su PIB, mientras que los españoles sólo empleamos el 0,5% del nuestro. Por ejemplo, para equiparar, en cuanto a ayudas estatales se refiere de índole familiar, a una familia alemana con tres hijos, con una española, ésta debería de tener 19 hijos e ingresar menos de 15.000 euros al año entre los dos cónyuges. O sea, todo un estímulo a la vida, en las familias humildes. Tal vez por ello, el Papa, en su primer discurso en suelo español haya incluido a gobernantes y legisladores como garantes del derecho familiar. Y es que la familia, en política y religión, siempre es una cuestión de fe… en el Hombre.
Diario CÓRDOBA (12-VII-06)